Diferencia entre revisiones de «Jardines de la Virgen de Gracia»

Revisión actual del 15:06 25 mar 2014

Monolito romano que estuvo ubicado en estos jardines.

El parque montoreño de la Virgen de Gracia queda junto a la carretera que desde la de Madrid asciende a la población. Se han efectuado en él recientes remodelaciones, talas de viejos árboles y clareo de arbustos. Lo cierto es que hoy en día sobresalen en su recinto, rectangular y hermoso, dos partes diferenciadas: la más frondosa, que corresponde a los alrededores del bar que tiene allí terraza a las piscinas, con catalpas y sauces, y la menos sombría, que ocupa el centro hasta el edificio de la Cruz Roja que se levanta al otro extremo.

El sitio es llano. El gran recuadro primero, que arranca de una esbelta casuarina y un recuerdo de Roma en forma de monolito, está rodeado de robinias y retamas, y crecen en él los álamos blancos, el aligustre, el pimentero falso, el cedro, la palmera, adelfas y rosales, cortaderias, evónimos y romeros.

Un segundo recuadro, también de césped, encierra entre sus márgenes moreras y cipreses, adelfas y aligustres, un ciruelo del Japón, un ciprés enano de copa redonda y un ejemplar hermoso de tuya con tres pies. Y así llegamos al tercero y último de los parterres y a la explanada que precede al bar, donde nos reciben de nuevo las acacias falsas, los ailantos, los aligustres, el cedro del Himalaya, las palmeras canarias, las fotinias, las casuarinas y el formidable pino que les cobija y preside, ejemplar de sobresaliente belleza y corpulencia.

Se repiten los recuadros por la derecha y se completa la gran variedad de especies que el parque encierra: magnolios y granados, ciprés y pimentero, la mimosa, el carrizo de las Pampas, el álamo y la yuca. Sólo nos queda el centro, que es bien amplio y de apisonado albero. Se reparten en su eje cuatro palmeras washingtonias y cuatro canarienses, más la fuente redondeada, de cerámica azul, y seis grandes macetones en hilera con alhelíes y geranios, el último dando paso a la pequeña taza con surtidor donde el paseante calma su sed.

Fuente

• Manuel de César (Los pueblos de Córdoba. Caja Provincial de Ahorros - Diario Córdoba 1993)