Antonio Blanca Ruiz

Pocas personas en Córdoba y casi ninguna en el Barrio del Realejo ignoran quien es Antonio, el peluquero de la calle Muñices. Desde hace 53 años en el mismo local, este trabajador incansable ha cortado el pelo a generaciones enteras de cordobeses. Comenzó su oficio de barbero a la antigua usanza, entrando de aprendiz a los 6 años de edad en un establecimiento de la plaza de abastos, para pasar posteriormente al local donde trabajará durante más de 5 décadas seguidas.

Antonio Blanca es toda una institución en su barrio, su extensa clientela abarca a todas las edades y clases sociales de Córdoba, clientela que acude en masa atraída por su profesionalidad, (su experiencia en el ramo es sencillamente insuperable), su enorme simpatía, su exquisita amabilidad, su esmerada educación y unos precios populares que desde hace muchísimos años mantiene congelados. Prácticamente no hay vecino que pase de largo por su establecimiento, todos se paran a saludar a Antonio, saludo que él corresponde como se merece. Persona entrañable, representante genuino del saber popular, del "sequenista" auténtico que se ha ganado la vida "por los pelos", como a él mismo le gusta decir. Antonio Blanca es una persona sencilla, que en mayo de 2010 se ha jubilado a los 65 años de edad, tras trabajar durante un total de 59 años, cortando el pelo a casi medio millón de cordobeses a lo largo de su dilatada vida laboral. Durante todo este tiempo, Antonio ha atesorado infinidad de historias y anécdotas que darían, sin duda, para escribir más de un libro.

A todos los vecinos del barrio y a su extensa clientela se nos va ha hacer muy difícil pasar por la calle Muñices y no desviar la mirada hacia la pequeña barbería, ahora cerrada, donde Antonio pasó tan buenos ratos, ganándose la vida de forma admirable, con unas tijeras y un peine en las manos. La Barbería de la calle Muñices pertenece ahora a la historia profunda del barrio del Realejo y Antonio Blanca, su barbero, disfruta de una más que merecida jubilación.

Por todos los motivos expuestos, el Ateneo de Córdoba le premió con su galardón más entrañable, la Fiambrera de Plata del año 2010.

Recibió la Fiambrera de Plata del año 2010 concedida por el Ateneo de Córdoba.